Número de Hermanos
Actualmente, la cofradía cuenta con alrededor de 150 hermanos que se comprometen a participar en la procesión y a respetar sus normas de conducta y vestimenta. Este número de hermanos, aunque limitado, refleja el deseo de mantener la esencia íntima de la hermandad, centrada en el respeto y la devoción. La participación en la cofradía simboliza una conexión con las raíces rurales de Zamora y un compromiso con la tradición.
Hábito y Emblemas
El hábito de la Cofradía de las Capas Pardas es uno de sus elementos más característicos. Los hermanos visten una capa alistana de color pardo, una prenda típica de los pastores de la comarca de Aliste.
Esta capa, con capucha puntiaguda y amplios pliegues, fue tradicionalmente utilizada en días especiales, lo que añade un toque de solemnidad a la procesión. Este atuendo rústico y austero es un símbolo de la humildad y la conexión de la hermandad con sus raíces rurales.
Además, los hermanos portan un farol de hierro forjado, que representa la luz de Cristo y añade un toque de misterio a la procesión. La luz tenue y el diseño rústico de estos faroles enfatizan el carácter sobrio y tradicional de la procesión, alejándola de cualquier tipo de ostentación y acercándola a la esencia misma de la penitencia y el recogimiento.
El Santísimo Cristo del Amparo: Historia y Valor Artístico
La imagen central de esta hermandad es el Santísimo Cristo del Amparo, un crucificado tallado en 1787 y atribuido al escultor José Cifuentes Esteban. Esta talla en madera de pino policromada representa a Cristo crucificado con una expresión serena, transmitiendo una sensación de paz y entrega. La imagen, de tamaño natural, se coloca sobre una sencilla mesa que representa el Gólgota, adornada únicamente con una calavera y algunos cardos, elementos que acentúan su simplicidad y carácter penitencial.
El Cristo del Amparo se caracteriza por su realismo: con la cabeza inclinada, ceñida por una corona de espinas naturales, y su cuerpo mostrando los signos de la pasión, incluyendo las marcas de la flagelación. La talla, sobria y sin ornamentaciones adicionales, fue seleccionada precisamente por su humildad, que encaja perfectamente con el espíritu de la procesión. Durante el año, el Cristo del Amparo se encuentra expuesto en la iglesia de San Claudio de Olivares, donde es venerado por los fieles.
El Desfile Procesional
La procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amparo se celebra en la noche del Miércoles Santo y sigue un recorrido íntimo y solemne por las calles históricas de Zamora. Los hermanos marchan en forma de cruz latina, un diseño que refleja el simbolismo religioso y el respeto hacia la figura de Cristo.
La imagen del Cristo del Amparo es llevada en unas sencillas andas, a hombros de doce hermanos, con la única iluminación de cuatro faroles rústicos que crean un efecto dramático en la oscuridad de la noche.
A lo largo del recorrido, el sonido de las matracas anuncia el paso de la procesión, reemplazando a las campanas en señal de penitencia. La atmósfera se intensifica con la música fúnebre interpretada por un bombardino y un cuarteto de viento, que acompaña el lento caminar de los cofrades.
El momento más destacado y emotivo del recorrido es el paso bajo la Puerta del Obispo, donde la procesión alcanza su punto de mayor simbolismo y belleza, con la imagen del Cristo avanzando en medio del silencio y la oscuridad.
Para conocer todos los detalles del recorrido, consulta el itinerario completo de la procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amparo, las Capas Pardas en Zamora aquí
Música y Evolución Musical en la Procesión
La música desempeña un papel fundamental en la procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amparo, creando una atmósfera de recogimiento y solemnidad. En los primeros años, la procesión se realizaba sin acompañamiento musical, pero pronto se incorporaron matracas como instrumentos de señalización, que anuncian el paso de los hermanos y llaman a la reflexión en lugar de las tradicionales campanas. La incorporación de las matracas dio un toque único a la procesión, ya que su sonido grave y rítmico resuena en el silencio de la noche.
A lo largo de los años, la hermandad incluyó instrumentos que reforzaban el carácter sobrio de la procesión. En los años 60 se sumaron fagotes que interpretaban marchas fúnebres, y en 1968 se incorporaron tambores para marcar el ritmo de los cargadores. Sin embargo, el instrumento más característico es el bombardino, introducido por el hermano y músico Agustín Lorenzo, quien interpretaba salmodias durante el desfile. Desde 2001, la hermandad cuenta con un cuarteto de viento formado por clarinete, saxofón tenor, clarinete bajo y bombardino, que interpreta piezas compuestas especialmente para la ocasión.
El Vía Crucis en la Plaza de Fray Diego de Deza
La procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amparo incluye un momento de gran simbolismo en la Plaza de Fray Diego de Deza, donde se realiza el rezo del Vía Crucis. Este acto de penitencia y oración es un momento clave del recorrido, en el que los hermanos, junto con el público asistente, reflexionan sobre la pasión y muerte de Cristo en un espacio histórico y simbólico de la ciudad.
La Plaza de Fray Diego de Deza se convierte en un escenario de profundo recogimiento, en el que los hermanos detienen su marcha para meditar sobre cada estación del Vía Crucis. Este acto añade un tono aún más solemne a la procesión, evocando el compromiso de la hermandad con la devoción y la reflexión sobre los misterios de la fe cristiana.
El Miserere Popular Alistano
Uno de los momentos más conmovedores de la procesión es la interpretación del Miserere Popular Alistano. Al regresar al templo de partida, los hermanos se congregan en la pequeña plaza frente a la iglesia de San Claudio de Olivares, donde un coro de voces masculinas entona este canto tradicional. Inspirado en los cantos populares de la comarca de Aliste, el Miserere es un lamento penitencial que resuena con gran solemnidad en el entorno.
Durante la interpretación del Miserere, el Cristo del Amparo hace su entrada en la plaza y, sin detenerse, avanza lentamente hacia el interior del templo. Este acto, cargado de simbolismo, marca el cierre de la procesión, invitando a los fieles a una última reflexión.
El Miserere Alistano, con sus notas profundas y melancólicas, añade un toque de autenticidad a la procesión y conecta a los hermanos con las raíces rurales de Zamora.
Conclusión
La Hermandad Penitencial del Santísimo Cristo del Amparo representa una fusión única de devoción y tradición rural en la Semana Santa de Zamora. Con su capa parda alistana, los faroles de hierro forjado y el solemne recorrido en la oscuridad, la procesión de las Capas Pardas ha capturado la esencia de la espiritualidad y la cultura zamorana.
El desfile de esta cofradía no solo rinde homenaje a Cristo, sino que también celebra la conexión entre la fe y las tradiciones rurales de la región. La procesión de la Hermandad del Santísimo Cristo del Amparo es un legado vivo que honra el pasado y el espíritu rural de Zamora, evocando respeto y reflexión en cada paso.
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